26 de diciembre de 2014

CONVERTIR UN PROBLEMA EN UNA SOLUCION

Uno de los problemas recurrentes del diseño urbano consiste en el diseño de una adecuada red de circulación y desagüe de las aguas pluviales. La acumulación de agua de lluvia genera incomodidad a los transeúntes, ralentiza el ritmo del tráfico e incrementa el riesgo de accidentes, y supone un elemento contaminante ya que, al acumularse, arrastra en suspensión todo tipo de basuras y restos. Desde los primeros procesos urbanos, la creación de conductos subterráneos que evacuen estas aguas se ha considerado como la opción más práctica, y todavía hoy innumerables restos arqueológicos son testimonio de la maestría que alcanzaron civilizaciones como la romana en el diseño de redes de alcantarillado.


Antes de la aparición de la moderna conciencia ambiental, no se contemplaba el tratamiento de estas aguas, simplemente se canalizaban a un río, a un lago, al mar... con el convencimiento de que el ciclo natural era suficiente para sanear el entorno. Hoy somos conscientes de la necesidad de participar de un modo activo en el cuidado de la naturaleza, de tratar y depurar las aguas contaminadas antes de reintegrarlas a la naturaleza. Y pese a todos los avances técnicos, con frecuencia sucede que los modernos sistemas de alcantarillado son incapaces de asumir el exceso de pluviales, se colapsan, generan inundaciones... Por eso nos parece interesante la apuesta de investigadores de la universidad de Arkansas que proponen diferentes sistemas de drenaje sostenible que pasa por derivar las aguas de lluvia a zonas de parterre, sin asfaltado, para que desde allí vuelvan a filtrarse al subsuelo. La idea recupera fórmulas que ya hicieron fortuna en Alemania hace algunas décadas. Estas aguas generaban sin apenas coste unos pequeños biótopos urbanos en los que anidaban aves o se criaban pequeños anfibios. Además de ayudar a resolver los problemas generados por el exceso de aguas pluviales, la presencia de estos animales actuaba como bioindicadores de los niveles de polución o de la calidad del aire.



Podéis encontrar aquí más información sobre estos sistemas de drenaje ecológico y otras ideas para diseñar ciudades cada vez mejor adaptadas a las necesidades de las personas y respetuosas con la biodiversidad y el entorno.

19 de diciembre de 2014

DISEÑO Y TRADICIÓN AL SERVICIO DE LA ARQUITECTURA SOCIAL

Diébédo Francis Kéré (Gando, Burkina Faso, 1965) es uno de los valores de la nueva arquitectura africana. Hijo de un jefe de tribu, su familia lo envió con 7 años a Ouagadougou para que completase sus estudios. Trabajó como carpintero y recibió una beca que le permitió completar su formación en Alemania. Asentado en Berlín, de su estudio han salido proyectos como el diseño de la exhibición permanente del museo de la Cruz y la Media Luna Rojas de Ginebra, los módulos de edificios culturales para el proyecto de recuperación del puerto de Zhou Shan, en China o el plan de recuperación del entorno de las Barracas Oxford en Munster, Alemania. Pero sin duda sus proyectos más interesantes se desarrollan en África, en Mali o en su país de origen, donde desarrolla iniciativas que muestran el potencial de integración social que alcanza el diseño arquitectónico al servicio de una correcta definición de los espacios públicos.

Vista general del centro de salud de Leo, Burkina Faso
Este 2014 ha completado el Centro de Salud y Hospital Quirúrgico de Leo, en Burkina Faso, unas instalaciones pensadas para prestar servicios sanitarios a una población de alrededor de 50.000 personas. Desde el principio, el proyecto buscó la implicación de los vecinos, para que éstos sintieran como propias las instalaciones; de hecho, muchos vecinos y profesionales locales participaron en la construcción del proyecto. Para adecuarse a la situación del entorno y abaratar los costes finales, Kéré optó por un diseño modular, de crecimiento orgánico, de modo que cada módulo del edificio se fuese rematando antes de iniciar la siguiente. Para ofrecer enseguida resultados y evitar un largo proceso, complejo de desarrollar en los países menos desarrollados.

Técnicas tradicionales para compactar un suelo de arcilla en otro proyecto de Kéré

Defensor de los materiales sostenibles y de la apuesta por mantener las tradiciones culturales, los edificios se construyeron con "ladrillos de tierra prensada, capaces de absorber el aire frío de la noche y difundirlo a lo largo del día". Además se dotó al conjunto de amplios tejados volados de chapa que proyectan sombras para evitar el sobrecalentamiento de los muros durante el día. El juego de penumbra, luces y colores del amplio espacio central juega un papel especial para crear un entorno atractivo y generar un efecto llamada "que atraiga al centro a personas que en un principio pueden ser reticentes a solicitar atención médica por motivos sociales, culturales, tradiciones...". Si en su interior las instalaciones cuentan con un equipamiento moderno, el exterior conjuga el racionalismo de su diseño con el recurso a elementos familiares para todas las capas de la población. Al margen de los indudables beneficios directos que el centro de salud reportará a sus pacientes, su presencia lanza un mensaje de gran calado: con la tierra y la chapa presente en tantas infraviviendas, podemos construir un futuro mejor, entre todos, cooperando y apostando por la educación.


12 de diciembre de 2014

EL ACECHO DE LA SOLEDAD

Todos los años, por estas fechas, psicólogos y sociólogos nos recuerdan que la Navidad es un momento del año en el que aumenta el riesgo de que se presenten casos de depresión. Para unos, el carácter familiar de las fechas hace más hiriente la ausencia de los que ya no están. Hay también personas que rechazan de plano el tono consumista, un tanto hollywoodiense, de fiesta y luces por obligación; para ellos el mensaje navideño supone una exigencia de felicidad que no se sienten capaces de cumplir. Y por último están aquellas personas que se han quedado, o se sienten, solas, sin lazos familiares, lejos de sus amigos. En muchas grandes ciudades, ONGs y simples particulares organizan ya cenas navideñas de desconocidos que deciden compartir su soledad para dejar de estar solos.

Detalle de la vivienda de un hikikomori
Y mientras unos luchan contra una soledad no deseada, los mismos psicólogos y sociólogos alertan estos días del auge en nuestro país de un fenómeno contrario, el de quienes buscan la soledad de manera compulsiva, incapaces de mantener una relación normal con el entorno que les rodea. Los hikikomori, jóvenes obsesionados con los videojuegos y las redes sociales, que se encierran en su cuarto y pasan largas temporadas sin salir a la calle, pegados al teclado y la pantalla del ordenador, nació hace ya algunas décadas en Japón, como consecuencia no deseada del desarrollo tecnológico nipón desde la década de los 70. De hecho, el término se empleo por primera vez con carácter científico en 1986.

Desde su lugar de origen, este trastorno se ha ido difundiendo por el mundo, aunque los propios expertos reconocen que su tipología lo vuelve difícil de detectar. En España, un estudio reciente del Hospital del Mar de Barcelona recoge 164 casos, que arrojan el perfil de un varón de 36 años que llega a permanecer aislado hasta 39 meses, o sea, más de tres años. En muchos casos, este aislamiento surge como consecuencia de otro trastorno previo, por lo que los equipos de atención de estos enfermos deben contar con una formación multidisciplinar para poder detectar la raíz del problema y enfocar el tratamiento. Para evitar que la soledad se convierta en una nueva epidemia del siglo XXI.


28 de noviembre de 2014

ARQUITECTURA PARA LA PAZ Y LA AUTOESTIMA SOCIAL

Como sabéis, en As Salgueiras reivindicamos el papel fundamental de una buena planificación de los espacios urbanos como herramienta clave para fomentar la autoestima social. Si esto resulta importante en los sociedades o entornos desarrollados, lo es todavía más en situaciones de crisis o en zonas urbanas deterioradas, desestructuradas, afectadas por fenómenos como la inseguridad o la infravivienda.


En Venezuela, el proyecto Espacios de Paz está desarrollando propuestas para transformar zonas de riesgo social en zonas de paz y de convivencia. Liderada por el estudio Pico, esta iniciativa cuenta con la participación de cinco grupos de arquitectos que partieron de la base de involucrar a las comunidades de vecinos en el desarrollo de los proyectos, conscientes de que cualquier solución a un problema social tiene que tener en cuenta la situación de partida, los anhelos, las necesidades, de sus protagonistas.


A partir de este diálogo entre vecinos y arquitectos han surgido una serie de proyectos que marcan un antes y un después en la recuperación de entornos deteriorados. Los ejemplos pasan desde la instalación de sencillas marquesinas o parasoles, y el arreglo del pavimento, a una espectacular cancha de deporte que sobrevuela un barrio de infravivienda y permite la convivencia en torno al deporte al mismo tiempo que, metafóricamente, permite una visión de conjunto del barrio que fomenta la identidad y la reflexión, impulsando sin duda los deseos de cambio. En otros casos, los chaflanes abandonados de las calles reciben un tratamiento que los convierten en un graderío improvisado, un lugar de reunión para sentarse, hablar, compartir música... Como dicen los impulsores de la idea, se trata de recurrir a solares vacíos y vertederos incontrolados para actuar sobre ellos y "crear dinámicas sociales que inviten a nuevas formas de convivencia y relaciones en las comunidades, para así transformar las dos categorías fundamentales que rigen la vida cotidiana: el uso del tiempo y el espacio".


21 de noviembre de 2014

LOS NUEVOS MODELOS DE REFORESTACIÓN INTELIGENTE

Como defensores de la Naturaleza, la biodiversidad y el respeto a los paisajes autóctonos, desde As Salgueiras seguimos con especial interés las noticias relacionadas con la lucha contra los incendios forestales, así como las propuestas de reforestación y recuperación de montes y bosques. A través de la edición digital del diario El Mundo hemos conocido el proyecto Plantando Agua, puesto en marcha por las autoridades de Aragón, con la colaboración del CSIC, universidades e instituciones privadas, para recuperar una zona de 7000 hectáreas arrasada por incendios forestales en Utrilla (Teruel). El proyecto nos parece especialmente interesante como modelo de cooperación entre diferentes instituciones (públicas y privadas), investigadores y los vecinos que viven en la zona, que han sido consultados a la hora de desarrollar las soluciones propuestas. Así, los vecinos han participado en la elección de las principales especies (quejigo, pino, encina) que se emplearán para reforestar los bosques perdidos.



Al mismo tiempo, el plan consigue aunar el respeto por las tradiciones con los últimos avances científicos, e incorpora una buena dosis de sentido común, de análisis de la realidad actual del entorno. Por ejemplo, se tiene en cuenta la incidencia del cambio climático en la zona, el cambio en las temperaturas o el régimen de precipitaciones, para buscar, dentro de las especies propias de la zona, las que mejor se adaptan a esta nueva situación. Al mismo tiempo, se buscan especies resistentes a los incendios forestales, frecuentes debido a la caída de rayos en la época de tormentas. Asimismo, se ha tenido en cuenta el descenso de la cabaña ganadera en la zona y la recuperación de ungulados salvajes como la cabra, el jabalí o el corzo, que se comen las bellotas o los brotes de las nuevas especies plantadas.


El proyecto quiere ser también pionero en el estudio y evaluación de la recuperación de agua conseguida a través de la regeneración del bosque, analizando el incremento del caudal que captan los acuíferos subterráneos y midiendo la evaporación que se desprende de la cubierta vegetal. A falta de ver, dentro de unos años, los logros concretos del proyecto Plantando Agua, su filosofía de respeto, innovación y conocimiento inmediato de la realidad, nos parece un ejemplo a tener en cuenta. Porque aunque parezca una paradoja, si queremos disfrutar en el futuro de bosques como los que tuvimos en el pasado, necesitamos actuar teniendo en cuenta cual es la realidad del presente y hacer que el bosque evolucione con ella.

17 de noviembre de 2014

UNA APUESTA POR LAS GUARDERÍAS VERDES EN VIETNAM

Guardería-granja del estudio Vo Trong Nghia en Dongnai. Fotografía de gremsy
 Como otros países del sudeste asiático, Vietnam ha conocido en las últimas décadas un desarrollo económico que se ha traducido en un acelerado proceso de urbanización. Esto ha llevado a las autoridades locales a mostrar su preocupación por cuestiones como la calidad urbanística de los nuevos espacios urbanos, la deforestación del país, la pérdida de tradiciones, estilos de vida o modelos culturales y, también, la calidad de los espacios en los que viven y se educan los niños vietnamitas.

Fotografía de Hiroyuki Oki

Como respuesta a alguna de estas cuestiones, el estudio de arquitectura de Vo Trong Nghia ha diseñado en la ciudad de Dongnai un excelente proyecto de granja-guardería verde. Diseñado en forma de lazo o espiral continua, el edificio se dobla y repliega sobre sí mismo para formar una serie de jardines y huertos cerrados que ofrecen a los menores unos espacios seguros en los que mantener el contacto con la naturaleza en pleno centro de la ciudad. En lugar de concebir un edificio y luego "adornarlo" o completarlo con huertos y jardines, toda la estructura tectónica se concibe al servicio de una cubierta vegetal continua que se subdivide en distintos usos. Además de las zonas interiores, el conjunto cuenta con jardines y zonas de juego, así como con huertos en los que los niños aprenden a cultivar alimentos sostenibles y a observar de primera mano los procesos naturales.

Fotografía de Hiroyuki Oki
Aunque su uso está reservado a los 500 niños que conforman el alumnado, el diseño de esta escuela beneficia al conjunto de la comunidad, ya que su diseño la convierte en un pulmón verde para la zona urbana en la que se enclava. El estudio de Vo Trong Nghia es uno de los referentes en el diseño de arquitectura verde en Vietnam y en muchos de sus proyectos apuesta también por soluciones que recurren a elementos tradicionales como cerramientos o techos plegables hechos con bambú, para conectar los nuevos diseños con las tradiciones culturales de la zona. Como dice la declaración de intenciones del estudio, su objetivo consiste en experimentar "con la luz, el viento y el agua, usando materiales naturales y locales para explorar nuevos modos de crear arquitectura verde en el siglo XXI y mantener la esencia de la expresión arquitectónica asiática".

7 de noviembre de 2014

LO OPUESTO A JUGAR NO ES TRABAJAR SINO ESTAR DEPRIMIDO

"Ya sabes que no puedes salir a jugar hasta que termines los deberes", "aprovecha para jugar un poco ahora que después tienes que estudiar". ¿Cuántas veces hemos escuchado estas frases siendo niños? ¿Cuántas veces las repetimos después, al convertirnos en padres? El modelo educativo dominante traslada al mundo infantil la dualidad trabajo/ocio que heredamos del mundo latino. Estudiar, el trasunto infantil del trabajo, es una actividad seria, de provecho; como contrapuesto, el juego adquiere una cierta carga peyorativa, de pérdida de tiempo, de esparcimiento, de descanso necesario para coger fuerzas para retomar lo que de verdad importa, el estudio.

Juego y trabajo combinados en las oficinas de AOL
Sin embargo, conviene recordar que, en el mundo latino, lo verdaderamente importante, la actividad que tenía sustancia por sí misma, era el ocio (otium) y que todo lo que no era dedicarse a las aficiones propias, a acudir a los baños, a los juegos, al hipódromo, a la biblioteca, era lo que no era ocio, el "nec-otium", de donde deriva la castellana "negocio". Los estudios de las sociedades primitivas y prehistóricas nos recuerdan también que, durante la práctica totalidad de su existencia como especie, el hombre ha dedicado la mayor parte del tiempo al descanso. Un cazador-recolector necesitaba pocas horas al día para conseguir la ingesta de proteínas necesaria. Luego se dedicaba a descansar, jugar, contar historias, relacionarse con sus familiares u otros miembros de su clan, visitarlos, ayudarles... Las jornadas de 12 o 14 horas de un ejecutivo contemporáneo le hubieran resultado incomprensibles. Esta tendencia a que el trabajo absorba la totalidad de la jornada, es una deriva reciente, acelerada con las sucesivas oleadas de la revolución industrial, que nos ha llevado a vivir, literalmente, para el trabajo, y considerar éste (y el dinero con él obtenido) como valor social dominante.

Actualmente, investigadores como Brigid Schulte, el psiquiatra Stuart Brown o la responsable del blog de referencia Playscapes, Paige Johnson, se han convertido en portavoces de una corriente que reclama la recuperación del juego como un valor central en la educación humana. El juego como elemento clave de formación personal, de relación con los demás, de gestión de los asuntos sociales. Como dice Stuart Brown, "lo opuesto al juego no es el trabajo sino la depresión" e insiste en que "nada desarrolla tanto el cerebro como jugar". En un artículo publicado en The Guardian, la columnista Lauren Laverne insiste en que debemos sacudirnos una cierta herencia victoriana, decimonónica, que contempla el juego como algo accesorio, secundario, algo que se merece o se pierde en función del comportamiento (¿cuántos colegios todavía castigan a los niños sin recreo, como si el recreo fuese algo prescindible?) para recuperar el papel del juego como herramienta de diversión y creación. Como dijo Einstein, "el juego es la forma más elevada de investigación" por ello es imprescindible reivindicar el tiempo libre, el tiempo para el juego y también, por qué no, enriquecer el trabajo con matices lúdicos, como proponen compañías punteras como Pixar, Google, Facebook o AOL.

31 de octubre de 2014

CAPITAL SOCIAL Y ESPACIO PÚBLICO

Intentando sintetizar las definiciones de varios autores para acercarnos al concepto de “capital social”, podríamos decir que éste  consiste en el sustrato donde germinan las  formas de cooperación basadas en el espíritu cívico, aumentando la  acción colectiva y reduciendo las tendencias a la disgregación social. Cuando el capital social es escaso se da una correlación con el índice de pobreza pues esta acaba generando desconfianza, temor, inseguridad y aislamiento. Moser (1998) advierte sobre la vulnerabilidad de la población pobre, en ese aspecto, frente a las crisis económicas. Así́ resalta que “mientras los hogares con suficientes recursos mantienen relaciones recíprocas, aquellos que enfrentan la crisis se retiran de tales relaciones, ante su imposibilidad de cumplir sus obligaciones”. Por el contrario, una comunidad que cuenta con un “capital social” elevado, es más creativa y emprendedora, sus relaciones se basan en la confianza y se fomenta el comercio y la vanidad colectiva que impulsa  el desarrollo de las artes y el diseño.

El espacio público está abierto a toda la comunidad y es el territorio donde  se manifiestan con más fuerza tanto la crisis de la vida social urbana como el éxito de políticas eficientes de gestión pública. Según confirman numerosos estudios sobre psicología social y urbanismo, una intervención correcta en el espacio público, es el mejor impulsor del “capital social” de una comunidad. El espacio público de calidad, incrementa el valor de la propiedad en su entorno. Una activa y eficiente política de espacios públicos de calidad, que impulse y fortalezca un uso intensivo, diverso, y que promueva una acción positiva hacia grupos vulnerables contribuye eficazmente a crear un ambiente de seguridad. El espacio público de calidad es un mecanismo esencial para que la ciudad cumpla su función iniciática de socialización de niños, adolescentes y jóvenes, de todo tipo, especialmente de colectivos marginados o considerados de “riesgo” (Borja, 2003).


Los espacios públicos constituyen territorios sociales y culturales; por tanto, gestionar el espacio público se vuelve una prioridad en el esfuerzo por controlar la inseguridad. La importancia de los espacios públicos como control social natural ha sido destacada por urbanistas como Oscar Newman (1996) y Bill Hillier (1990). Para Newman, el control social del espacio público –espacio defendible– es básico para solucionar el problema de la vulnerabilidad del espacio residencial, de las familias, de la persona. Hillier considera que para el desarrollo de una comunidad sana es precisa la existencia de un espacio público de encuentro, de co– presencia de las personas en las calles, plazas, parques...
Los lugares más concurridos por las familias son aquellos que atribuyen un gran valor a las oportunidades de  esparcimiento junto a sus hijos o nietos. No en vano, estamos palpando que los grandes centros comerciales ya lo saben y por ello están haciendo grandes inversiones en confeccionar espacios interiores de calidad. Podríamos decir entonces que la inversión en espacio público de calidad acaba generando un importante aumento del capital social.
La posibilidad de disponer de espacios de juego es de enorme importancia en el caso de familias cuyas viviendas son extremadamente pequeñas, y muy especialmente en el caso de conjuntos de apartamentos con gran hacinamiento. El espacio público juega el papel de desahogo del espacio cotidiano, permitiendo aislamiento temporal en relación con el grupo familiar u otras formas de sociabilidad. En esa misma línea el espacio público tiene una relación directa con la salud y la longevidad, al suplir el desarraigo de contacto con la naturaleza, al cubrir en parte los índices patológicos de ausencia de interacción, tal y como recuerda la teoría biofílica.

Dada la importancia que tiene para la comunidad, es fundamental implicar en su gestión a la ciudadanía, promoviendo la participación ciudadana e incentivándola en el cuidado del espacio público. Para ello es fundamental fomentar  los valores que representa y difundir los beneficios que tiene su cuidado. A  fin de evaluar debidamente las inversiones y los proyectos, de obtener conclusiones tanto de estímulo como de corrección, es conveniente implantar indicadores. Estos podrían basarse en los listados o metodología que ha servido para su diseño, construcción y mantenimiento. En ese mismo sentido y basados en datos contrastados se debería fomentar el rendimiento de cuentas y la transparencia en estos entornos tan sensibles para la comunidad a fin de que pueda comprobar por ella misma la relación coste/ beneficio para los ciudadanos y los negocios del entorno.

Manuel Iglesias Vilas
Presidente Grupo Galopín-Gefico

Presidente Fundación As Salgueiras

24 de octubre de 2014

EL ERROR DE LOS NIÑOS V.I.P.

Desde tiempos de los griegos, el teatro, sobre todo la comedia y la sátira, ha servido no solo como fuente de entretenimiento sino como plataforma privilegiada para exponer los defectos de la sociedad. En esta tradición, la compañía catalana Els Joglars ha encadenado una serie de obras paródicas acerca de la situación política, la corrupción, el nacionalismo o la religión. En su último montaje, VIP, la compañía arremete contra el exceso de protección en el que la sociedad educa hoy a los niños.


Los ejemplos de niños criados en un ambiente de permisividad absoluta, en la falta de normas y patrones-guía de las comunas hippies de los años 60 vinieron a dar la razón a Konrad Lorenz, el padre de la etología, cuando advertía que insistir en una educación antiautoritaria no reduciría el nivel de frustración sino que generaría millones de frustrados. Lorenz sostenía que cada generación avanza mediante el proceso de analizar la herencia recibida de las anteriores para aceptar o rechazar algunos elementos y realizar aportes nuevos. Si se niega dicha herencia, si se opta por un "todo vale", los individuos no ven mejorado su progreso de inserción social, sino que se ven obligados a asumirlo sin guía, sin mapa, con la consiguiente desorientación.


En nuestros días, el deseo lógico de evitar riesgos a los niños (juegos más seguros, educación víal, normas de seguridad en el hogar) produce una paradoja negativa. De una parte, se evita que los niños se incorporen de manera gradual a las responsabilidades adultas. Tareas sencillas, como ir a hacer un recado, volver solos del colegio o pasear al perro, se evitan, porque la calle está llena de peligros. El mundo, más que un lugar a descubrir y dominar poco a poco, se asimila a una suerte de jungla amenazadora. Por otro, un mal entendido deseo de evitar cualquier llanto, cualquier frustración, convierte al niño en una suerte de tirano irresponsable, cuyas órdenes y deseos hay que satisfacer de modo automático e irreflexivo ("tuve que comprarle un móvil, todos sus amigos lo tienen"). Hace unos días, unas jornadas celebradas en la fundación Abanca repasaban las actitudes de falta de respeto y violencia con las que padres, educadores y juristas se enfrentan, por desgracia con más frecuencia cada vez, a la hora de tratar con menores, situaciones derivadas de la falta de normas y del malentendido deseo de evitar la frustración. En As Salgueiras hemos realizado actividades con la asociación Camiña Social, que insisten en la necesidad de trabajar con los menores para que estos entiendan que el proceso de aceptación (y se es necesario de cuestionamiento) de las normas, es parte del camino de conocerse a sí mismos. Y que los momentos de frustración no pueden ni deben evitarse, porque son los peldaños que subimos para convertirnos en personas.

17 de octubre de 2014

LO QUE ENSEÑA UNA CICATRIZ

Estos días las redes sociales recogieron la polémica generada por las reacciones al aumento de peso de la presentadora Tania Llasera. Ésta ganó algunos kilos como consecuencia de la decisión de dejar de fumar, y al colgar fotos con su nuevo aspecto fue objeto de todo tipo de comentarios de mal gusto, insultos y descalificaciones solo porque algunos la consideraban "gorda". Por supuesto, una gran cantidad de personas apoyaron a la presentadora frente a los intolerantes que defienden un canon único de belleza. Entre ellos, la también presentadora Sara Carbonero, que mostró en fotos de sus cuentas la gran cicatriz que recorre su brazo derecho como manera de reivindicar la belleza de la imperfección, de las huellas que nos deja la vida.



Junto con su ejemplo de sentido común y solidaridad con una persona insultada por no ajustarse a unos criterios estéticos, la cicatriz de Sara Carbonero nos permite una reflexión interesante. Preguntada por uno de sus seguidores, la presentadora asegura que la cicatriz se la hizo porque "me caí de un tobogán cuando tenía 3 años y me rompí el brazo por varios sitios. Era un trasto". Aunque se trata de una persona joven, los toboganes en los que pudo jugar Sara no se ajustaban todavía a ninguna norma avanzada de seguridad. Y esto debe llevarnos a reflexionar sobre los peligros que para los niños suponen los riesgos ocultos.

En la práctica de juegos tradicionales, los niños mantenían una aguda percepción del riesgo: se evalúa un árbol antes de decidir si se puede o no subir a él; si se jugaba al fútbol en la calle, los jugadores estaban atentos y gritaban al menor atisbo de tráfico... Por el contrario, al entrar en un parque, el niño recibe el mensaje de que se encuentra en un entorno seguro y relaja sus mecanismos de defensa, su cautela. Por eso resulta imprescindible mantener un proceso continuo de mejora de la normativa.En los últimos cinco lustros, este proceso ha reducido de manera significativa la estadística de accidentes y la probabilidad de que hoy ocurriera un accidente como el de Sara es menor. De todos modos, y como es imposible reducir a cero el riesgo, lo importante para los padres, para el gestor de la instalación y para el fabricante es contar con la certeza de que se ha hecho todo lo humanamente posible, siguiendo los protocolos de ensayos de equipos previos a la instalación, las revisiones periódicas y los trabajos de mantenimiento que sean necesarios.

13 de octubre de 2014

LA IMAGINACIÓN AL SERVICIO DE LA ACCION

Como os adelantábamos hace algunas semanas, del 9 al 12 de este mes se celebra en la ciudad norteamericana de Culver una nueva edición del Indiecade, el festival internacional de juego independiente. Antropólogos, artistas, equipos multidisciplinares formados por alumnos, sociólogos... la variedad del perfil profesional de los autores se traslada a los juegos, que resultan variados, imaginativos, divertidos y, siempre, prolongan el placer de la partida con una invitación a la reflexión. Os presentamos algunas de las propuestas que nos han parecido más interesantes.


Stepball. Desarrollado por el equipo Floor is Lava, este juego ofrece una fórmula para hacer ejercicio moderado a personas de todas las edades. Combina elementos del balonmano con el juego de piedra-papel-tijera. Todos los jugadores, menos el que tiene el balón, dan un paso a la vez tratando de ofrecer/bloquear una buena linea de pase. La victoria no la da la velocidad o la fuerza, sino la estrategia y la cooperación.


The ultimate super night ball, que podemos traducir como "el juego definitivo de balón nocturno". Diseñado por un grupo de amigos, vecinos de un pueblo pequeño, combina la simplicidad (gana quien introduce un balón en una caja de cartón) con la posibilidad de "traicionar" a los compañeros cambiando de equipo, generando un caos que recuerda a los mejores juegos de Calvin y Hobbes- Al final, el juego combina el ejercicio físico, el placer de compartir un rato con los amigos, de cooperar para conseguir un objetivo sencillo y también, la oportunidad de bromear unos con otros.


Play the environment. Logicamente, en As Salgueiras no podíamos pasar por alto una propuesta de juego que se denomina "juega el entorno". Fruto de las reflexiones del artista y diseñador de juegos John Mawhorter, esta propuesta no es tanto un juego como una llamada de atención para que las nuevas generaciones, o personas de extracción "urbanita" recuperen o recuerden las posibilidades de juego que ofrecen los espacios naturales con sus elementos. El juego se basa en tres escenarios, el río, la playa, el bosque. En el río un equipo lanza hojas a la corriente y trata de recuperarlas unos metros más abajo; sus adversarios lanzan piedras o palos al agua tratando de alejar las hojas de la orilla. En la playa, se recurre a la fórmula de "torear olas"; los jugadores deben clavar un palo en la arena cuando se retira la marea sin que la próxima ola los moje. Gana el que clava el palo más adentro y más profundo, de manera que aguante el envite de la ola.

Al final, y junto con interesantes desarrollos en los terrenos digitales o en el uso creativo de las aplicaciones para dispositivos móviles, Indiecade se convierte un año más en un recordatorio de la importancia del contacto con la  naturaleza, del juego al aire libre, del juego colectivo (todos los ejemplos están pensados para un número elevado de jugadores), de recuperar la frontera mágica entre el juego organizado y el juego libre o de la importancia de fomentar el ejercicio físico de una manera lúdica. 


6 de octubre de 2014

CONTRA LAS BOLSAS DE PLÁSTICO



Un excelente vídeo sobre los riesgos del plástico para el medioambiente

Hace ya algunos meses comentamos en este blog la ofensiva contra el sedentarismo en Estados Unidos. Con su habilidad para generar eslóganes efectivos, los americanos llevan ya un par de años insistiendo en que "sitting is the new smoking", esto es, que la falta de ejercicio físico tiene que ser percibida como un riesgo sanitario similar al del tabaquismo. Pues bien, esta semana, EEUU ha dado un impulso decisivo uno de los lemas clásicos de los movimientos de defensa del medio ambiente, el "ban the bag" o solicitud de que se prohíban las bolsas de plástico en los supermercados y comercios.


El gobernador de California ha firmado una ley que prohíbe que los comercios ofrezcan bolsas de plástico a sus clientes. La ley entrará en vigor el 1 de julio del 2015 para las grandes superficies y un año después se extenderá a comercios, tiendas de licores... El texto legal refrendado la pasada semana contempla la entrega de bolsas de papel reciclado o de un material derivado del compostaje a un coste de 10 céntimos cada una. Según los defensores del proyecto se trata de eliminar las bolsas de plástico, concienciar a la gente de la necesidad de generar menos desechos, reducir el coste de los servicios de tratamiento y recogida de basura y, por supuesto, mejorar el medio ambiente.


Mientras California se convierte en el primer estado americano que prohíbe las bolsas, otros estudian implantar medidas disuasorias como una tasa a pagar por los clientes o la obligación de que los establecimientos paguen programas de reciclaje. Otras ciudades y países del mundo han puesto en marcha medidas similares, incluso hay ciudades que se han declarado libres de bolsas de plástico como la británica de Modbury, pionera en hacerlo en el año 2007. LA UE cuenta con un plan para reducir al 80% las bolsas de plástico en el 2019 y España ha anunciado sus intenciones de eliminar las bolsas contaminantes en el 2018, sustituyéndolas por biodegradables. Un proyecto ambicioso para avanzar en uno de los temas pendientes en la mejora de las políticas ambientales.

26 de septiembre de 2014

LICENCIA PARA CHOCAR

Hace unos días, la agencia de noticias Europa Press y buena parte de la prensa española se hacían eco de una noticia insólita. La ciudad china de Chongqing, de casi 30 millones de habitantes, ha habilitado carriles reservados a los peatones que caminan con la vista puesta en su teléfono móvil, tecleando mensajes, navegando por internet o utilizando alguna aplicación. Delimitados por gruesas líneas blancas, con la imagen de un teléfono y textos en inglés y chino, estos carriles surgen, según las autoridades, para tratar de evitar accidentes y aliviar unas aceras que se han vuelto cada vez más caóticas, llenas de personas absortas, ajenas al mundo que les rodea, que caminan sin quitar los ojos de su teléfono o su tablet. Al acotar un espacio, se trataría de garantizar que quienes caminan de un modo normal no pasen el tiempo evitando a los adictos al móvil que marchan distraídos. Ahora disponen de una zona reservada en la que entran bajo su propia responsabilidad.



Hace algunos meses, en las ciudades de Washington y Philadelphia se puso en marcha una iniciativa similar, aunque como parte de un programa cívico de advertencia acerca de los riesgos que suponen para la integridad física circular por la calle ajeno a lo que sucede en el entorno. No hace mucho, comentábamos en este blog casos de personas que sufrían accidentes o incluso caían a la ría de O Burgo desde el paseo por caminar consultando el móvil o leyendo un e-book. Y las autoridades de tráfico no dejan de poner en marcha campaña tras campaña alertando de los riesgos del uso al volante.



Si la iniciativa china está destinada a durar o tiene una finalidad paródica, de advertencia, sin duda lo sabremos en unos días. Resulta claro que separar a los usuarios de móviles de los peatones normales evitará los choques entre ambos grupos, pero no podrá eliminar los riesgos de choque entre usuarios de móviles que se paran a escribir, caminan sin parar, no perciben que alguien viene de frente. Como si se tratara de un chiste, algunas de las fotos de Chongqing muestran los carriles para usuarios de móvil empedrados con adoquines de acabado irregular, con lo que el riesgo de caída parece todavía mayor. De todos modos, esta noticia es una buena ocasión para reflexionar acerca del modo en que el uso (mejor el abuso) de la tecnología, en lugar de hacernos avanzar como personas, nos retrotrae a un nuevo estado infantil, como si fuéramos niños que aprenden a caminar, lo hacen dando tumbos, no saben esquivar al que viene de frente, chocan por que no anticipan los giros. Caminar es un ejercicio completo (los expertos lo consideran necesario incluso para quienes practican deportes intensos) y complejo, que ejercita no solo los músculos sino todos los sentidos (la vista, la capacidad para medir las distancias, el sonido como anuncio de lo que aun no vemos, la capacidad para calcular las distintas velocidades a la que se mueven los objetos...)...siempre que no los tengamos ocupados mirando una pantalla.

19 de septiembre de 2014

ERASE UNA VEZ...

Muchos padres tienen la costumbre de leer un cuento a sus hijos antes de dormir. Son padres excelentes, que saben que acostumbrar a los niños al placer y el hábito de la lectura es uno de los mayores regalos que pueden ofrecerles. Y hay padres que, cada noche, sin libros de por medio, son capaces de inventar un cuento para sus hijos, a partir de sus animales favoritos, de las vivencias del día, de personajes clásicos como reyes o payasos... estos padres son verdaderamente mágicos. 

Pocas cosas impresionan más a un niño que ser testigo del ejercicio de la narración, comprobar como de la boca de un adulto fluye como por arte de magia una sucesión de peripecias inagotable sobre la que, además, pueden actuar ("no mamá, no era un caballo blanco, era una cebra disfrazada que se había pintado con talco las rayas negras"). Hasta hace bien poco, cuenta cuentos, bardos, poetas, juglares y narradores contaban con un prestigio especial. Muchos abuelos gallegos recuerdan la fiesta que suponía la visita a la aldea de una compañía de titiriteros como la de Barriga Verde. La generalización de la alfabetización, el acceso a los libros y el auge de los medios audiovisuales ha llevado a relegar un poco la costumbre de inventar cuentos. Los niños son hoy, sobre todo, espectadores y lectores pasivos de historias escritas por otros, con personajes de éxito que mantienen una iconografía rígida, y con aventuras tan espectaculares como repetitivas en la mayoría de los videojuegos del mercado (salto, voltereta, doble click...) 

Así que hoy queremos felicitar a nuestros compañeros de Galopín, que han decidido invitarnos a contar una historia nueva cada vez que vayamos al parque. Para hacerlo han creado los "galopines", personajes que recuerdan los tipos genéricos del guiñol o de los cuentos clásicos: un rey, un mariachi, un cocinero... Encaramados a las torres, en las esquinas de las barandillas, asomados a un balancín... los galopines van a incorporarse a los parques y elementos de juego de la firma para estimular la imaginación de los niños y de sus acompañantes. Un castillo medieval, un parque poblado por personajes históricos, una propuesta de juegos organizados por oficios (bomberos, ferroviarios, policías, médicos)... Los galopines están ahí, perfectamente identificables pero sin nombre, para que cada niño los bautice una y mil veces; como actores siempre dispuestos a cambiar de papel, hoy vikingo temible, mañana vikingo explorador de América. Porque invitar a un niño a inventar sus propias historias constituye sin duda una de las mejores herramientas para estimular su imaginación y el desarrollo de su cerebro. Porque contar cuentos es una buena manera de hacernos adultos.

12 de septiembre de 2014

MALOS HUMOS, BUENOS EJEMPLOS

Esta semana, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha dado a conocer en su boletín anual que la concentración de gases de efecto invernadero registró un nuevo máximo en el año 2013. El dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O) son los principales contaminantes de la atmósfera y los océanos, unos ecosistemas que cada vez absorben un mayor porcentaje de estos gases, lo que provoca su acidificación. A pesar de los llamamientos de alarma lanzados por la OMM y otras entidades, lo cierto es que en los últimos años, la preocupación por la recuperación de la economía ha llevado a parte de la opinión pública a considerar la lucha contra el cambio climático como un tema secundario. Como un supuesto lujo que podíamos permitirnos cuando éramos "ricos" pero al que debemos renunciar ahora que somos "pobres" para invertir los recursos de manera más productiva.


El error de presentar los programas medioambientales y el desarrollo económico como realidades antagónicas no es nuevo, y resurge periódicamente a pesar de las evidencias que demuestran lo contrario. Un buen ejemplo es la reciente evolución de California, el estado norteamericano que ha convertido su apuesta por las energías renovables y los programas de preservación de la naturaleza en el motor de su desarrollo económico, después de décadas de crisis y endeudamiento. Con un parque de 100.000 vehículos eléctricos, California estima que en el 2020 obtendrá un 33% de sus necesidades energéticas totales de energías renovables. California atrae hoy el 50% de las inversiones en energía verde de EEUU y su economía crece por encima de la media del país.


El modelo ambiental de California ha sido debatido estos días en el simposio "La negociación global sobre el clima: lecciones desde California", que ha destacado la cooperación entre políticos de distinto signo (republicanos y demócratas), la continuidad de los programas a pesar de la alternancia en el gobierno y la necesidad de incluir la preocupación por el medio en el sistema educativo. Ahora que empieza el curso escolar, puede ser un buen momento para conocer el EEI (siglas de Education and Environment Initiative) el modelo de curriculum escolar californiano que introduce unidades docentes relacionadas con el medioambiente en el estudio de la ciencia y la historia. En lugar de añadir más contenidos o carga lectiva a las clases, el EEI propone una fórmula de sustitución, esto es, sus 85 unidades (desde la guardería hasta los 12 años) están pensadas para sustituir a algunas de las ya existentes en los programas de historia, ciencias naturales o ciencias sociales, enriqueciéndolas desde una perspectiva ambiental. Entre los temas se incluyen los modelos de gestión de recursos de las tribus indias, el conocimiento de la fauna y los paisajes de California, los modelos de producción agrícola sostenibles o el ciclo del agua. Porque para frenar los malos humos, la mejor receta sigue siendo la buena educación.

5 de septiembre de 2014

APRENDER ASUMIENDO RIESGOS

A través de la web de Free Range Kids, el movimiento pedagógico del que ya os hablamos en entradas anteriores, y del diario Otago Daily News hemos conocido una interesante historia sobre educación, asunción de riesgos y recuperación de pautas de juego tradicionales. Dos niños neozelandeses, Tamati Sagar y Aaron Jones, ambos de 10 años de edad, son aficionados a subir a los árboles. Por motivos de seguridad, esta práctica estaba prohibida en el patio de su escuela. Sin embargo, esto no los desanimó. Los niños se entrevistaron con los padres de todos sus compañeros, les preguntaron si de pequeños subían a los árboles y si estarían a favor de eliminar la prohibición.

Tamati y Aaron en una foto del Otago Daily News
Los niños tabularon el resultado de su encuesta de manera "profesional", hicieron un gráfico que mostrase que el 90% de los padres eran partidarios de que sus hijos pudieran subir a los árboles y solicitaron una entrevista con los responsables del colegio. Los profesores quedaron tan impresionados con el trabajo que decidieron relajar la norma y permitir que los niños pudiesen subir a los árboles durante el recreo. Por supuesto, este juego tiene sus riesgos, como cualquier actividad humana, y un niño sufrió una fractura de pelvis tras una caída. Sin embargo, padres y profesores decidieron mantener el permiso para subir a los árboles, simplemente marcaron un nuevo límite de altura (2,5 metros) que los alumnos deberán respetar. Ah!, y según la madre del niño que tuvo el accidente, a los médicos les gustó saber que los niños subían a los árboles y les animaron a que siguieran haciéndolo. "Sí, ha habido un accidente, pero damos por sentado que los niños van a tener accidentes. Es la manera de aprender de las cosas", dijo uno de los médicos.


En ocasiones, el deseo natural de educar a los niños en un entorno seguro, de eliminar o reducir riesgos relacionados con el tráfico, el trato con extraños o los peligros de internet, se extiende a prácticas que parecían perfectamente normales a nuestros padres y abuelos. Se produce así el contrasentido de que podemos sugerirles a los niños la lectura de una versión infantil de Tom Sawyer pero les criticaremos si se suben a los árboles como Tom y Huck. Ahora que va a empezar el curso, no es mal momento para repasar normas y prohibiciones, para comprobar si en ocasiones no estamos dejando al otro lado de la valla de seguridad de los niños de hoy algunas de las mejores vivencias de los niños de ayer. Como dijo Friedrich Fröbel (1782-1852), el pedagogo alemán padre de la educación preescolar, "para un niño, subir a un árbol equivale a descubrir un nuevo mundo".

29 de agosto de 2014

ESCUELAS DE SOL Y LLUVIA



Seguro que muchos padres, sobre todo los que viven en las zonas urbanas, comparten una anécdota similar: la emoción con la que sus hijos, de siete u ocho años, vuelven de una excursión a una granja escuela. Ver ordeñar una vaca, el olor fuerte de cuadras y establos, la magia de hacer pan, el orden estacional de los sembrados y los trabajos del campo, un paseo a la ribera de un río... La concentración de la mayoría de la población mundial en las ciudades está separando a las nuevas generaciones de la experiencia directa de la Naturaleza, que deja de ser un referente habitual para convertirse en algo lejano que se descubre, de forma más o menos directa, a través de los libros y las actividades escolares.

Ya sabéis que en As Salgueiras compartimos los postulados de Richard Louv y su tesis del malestar que provoca en los seres humanos la falta de contacto con los entornos naturales. Por eso estos días hemos seguido con interés la decisión de la Casa Real Sueca de escolarizar a la princesa Estela, de dos años de edad, en una guardería que prima en su programa el contacto con la naturaleza. La hija de la princesa Victoria, nieta del rey Carlos Gustavo, ha comenzado el curso en la escuela infantil Äventyret, en las afueras de Estocolmo. La escuela, fundada en 1992, pertenece al movimiento sueco de "escuelas del bosque" conocido como "I ur och skur", que en sueco significa "llueva o haga sol", ya que promueven las actividades en entornos naturales sean cuales sean las condiciones meteorológicas. En un año normal, el 80% del tiempo se pasa en el exterior y solo se entra en un aula refrigerada si la temperatura cae por debajo de -10ºc.

Con raíces que se remontan a los años 50, el movimiento I ur och skur cristalizó en 1985, cuando Siw Linde y Susanne Drougge fundaron la primera escuela en Lindingö. Los principios fundacionales de las escuelas del bosque pueden resumirse de manera sencilla: las necesidades de aprendizaje, actividad y socialización de los menores pueden desarrollarse en contacto con la naturaleza; al estar en contacto con la naturaleza, los menores aprenden a conocerla y protegerla; al educar a los niños en la naturaleza se involucra a los padres, se les invita a volver a ella; la naturaleza es el mejor parque de juegos y el mejor incentivo de la curiosidad de los menores.


Con sus compañeros, la princesa Estela "aprenderá" a subir a los árboles, a contar hojas, a observarlas, a recoger flores o a dormir la siesta escuchando el sonido del viento. En torno a la naturaleza se organizan lecturas, búsquedas del tesoro, actividades para distinguir formas geométricas, juegos no competitivos... De acuerdo con los estudios realizados en Suecia, los niños que acuden a las escuelas del bosque tienen menor absentismo (están enfermos menos días al año), desarrollan mejor motricidad y juegos más imaginativos y cuentan con un mayor nivel de concentración. Un buen recordatorio de que, a pesar del viejo eslogan de fomento de la lectura que aseguraba que "todo está en los libros", lo cierto es que muchas veces los libros solo resumen lo que ya existe (y está esperándonos) en la Naturaleza.

22 de agosto de 2014

CAJEROS DE AGUA POTABLE

El acceso a un suministro de agua potable sigue siendo, por desgracia, una necesidad básica pendiente de cubrir para buena parte de la población mundial. En abril (en la entrada "Sensibilidad y sentido práctico") os comentamos los proyectos que la firma holandesa DWL desarrolla en Kenya, en los que se estudia la participación de la tecnología de Gefico. Ahora hemos conocido una iniciativa similar en Nueva Delhi, donde Sarvajal, una empresa de la fundación Piramal ha puesto en marcha una red de quince expendedores automáticos de agua, instalados en barrios de nueva creación a los que no llegan todavía las canalizaciones.




Como en el caso de la iniciativa de DWL, el agua se suministra a un precio casi simbólico: 20 litros cuestan aproximadamente una rupia, al cambio, un céntimo de euro. Los usuarios activan el sistema con una tarjeta, similar a la de los cajeros bancarios. Para garantizar que ningún punto de suministro se quede vacío, los cajeros de agua cuentan con un sistema automatizado que manda un SMS cuando detecta que el nivel de su depósito ha descendido hasta un punto determinado. Este mensaje se recibe en la planta potabilizadora (que funciona con energía solar) desde donde se remite una furgoneta que "recargue" con agua potable el depósito del cajero. 



El sistema está resultando un éxito como medida para garantizar el acceso a agua de calidad, ayudando a mejorar el nivel de vida y las condiciones higiénicas y sanitarias de la población. Los impulsores de esta red señalan que resulta mucho más equitativo que el sistema de reparto de garrafas de agua desde un camión, en el que no se garantiza el acceso de todos y que generaba peleas y luchas por el agua poco acordes con la dignidad humana. Además de en Nueva Delhi, existen ya cajeros de agua en zonas como Gujarat, Rajastán, Mahdia Pradesh y Utar Pradesh. 

14 de agosto de 2014

DEPORTE, JUEGO Y CAMBIO CULTURAL

La publicación especializada norteamericana ESPN publicaba hace unos días un artículo acerca de un cambio de tendencia sociocultural que está provocando la desaparición de las canchas callejeras de baloncesto asociadas a los parques públicos. Como los moteles de carretera o los restaurantes de comida rápida, las canchas urbanas de baloncesto forman parte del imaginario popular norteamericano. Con sus canastas de cadenas y sus graderíos más o menos improvisados, estos equipamientos suponían un punto de encuentro de adolescentes y jóvenes. Un lugar en el que quedar, en el que practicar deporte, en el que plantear retos y desafíos... De manera especial, para los jóvenes afroamericanos de los barrios menos favorecidos, las canchas eran muchas veces la única forma de ocio disponible y un posible trampolín hacia el deporte universitario o, en algunos casos, hacia una carrera profesional. En su mejor momento, las canchas urbanas se convirtieron en dinamizadores y definidores de la identidad de un barrio, y reunían a vecinos de todas las edades en torno a su actividad.



Myron Medcalf y Dana O'Neil, autores del artículo citado, señalan que en la actualidad, los jóvenes empiezan cada vez más pronto sus carreras deportivas. Y que por motivos de seguridad y de preocupación por las lesiones, los propios entrenadores aconsejan la práctica del deporte en suelos de parqué, en campus o escuelas regladas y controladas que permiten orientar y seguir la actividad de los menores de manera continuada. Como consecuencia, las canchas urbanas están cayendo en desuso y, en algunos casos, están siendo suprimidas o su mal estado impide de hecho utilizarlas.



Juego y deporte son actividades diferentes, pero comparten valores comunes como la necesidad de cooperación, el respeto al otro o el valor de la actividad física. Durante la infancia, es importante fomentar el juego libre, facilitar a niños y niñas un entorno controlado en el que puedan organizar por sí mismos sus actividades, sus juegos, sus valores. Pero pronto el juego libre (el "play" de los ingleses) se organiza en determinados juegos reglados (lo que los angloparlantes distinguen como "game") de los que los deportes constituyen una parte fundamental. Desde un punto de vista pedagógico, conviene destacar los valores de combinar en los parques las zonas de juego libre con las instalaciones deportivas. Porque el desarrollo de jóvenes y adolescentes no sigue un patrón lineal, del juego libre al deporte, sino que se producen continuos intercambios entre ambos. Los mismos niños que juegan al fútbol en un equipo reglado, en una liga escolar, improvisan juegos cada vez que encuentran un espacio que sirve de portería. Y en muchas canchas de baloncesto, el juego se organiza en torno a una única canasta, tomando como base las reglas tipo, pero desarrollando también nuevos juegos. "Un 21", "un rápido", "un mundial", "penaltis"... la imaginación de niños y adolescentes no abandona la capacidad de crear una vez que entra en una cancha, y por eso conviene que el diseño de los parques mantenga el valor del deporte como complemento del juego, y como fuente a su vez de ideas para desarrollar juegos nuevos.

8 de agosto de 2014

EL VALOR DE UN BUEN DECÁLOGO


Como los juegos de hacer listas ("qué cosas te llevarías a una isla desierta", "quienes son tus mejores amigos"), sintetizar los puntos más importantes de una tarea o un oficio en un decálogo es siempre un buen ejercicio intelectual. Obliga a organizar lo que sabemos o creemos saber, a jerarquizar o complementar, a enunciar de modo sencillo y fácil de recordar principios que seguramente engloban conceptos complejos... En muchas ocasiones, el resultado supone solo un nuevo punto de partida, porque al repasar el decálogo vemos que el exceso de simplificación ha eliminado matices importantes, o encontramos redundancias que no percibíamos al construirlo. En otros casos, un buen decálogo se convierte en una herramienta de trabajo de primer orden, y facilita la comunicación y el debate con profesionales del mismo sector.



En el diseño de áreas de juego, uno de los mejores decálogos es el que en el año 2008 enunciaron Aileen Shackell, Nicola Butler, Phil Doyle y David Ball en "Design for play. A guide to creating successful play spaces", un estudio realizado por la organización Play England como parte de una estrategia gubernamental para mejorar la calidad de los parques públicos británicos. Desde entonces, el estudio se ha convertido en una publicación de referencia para arquitectos, urbanistas, paisajistas y pedagogos de todo el mundo y ha recibido numerosos premios.

Los diez puntos que a juicio de los autores definen un buen área de juego son los siguientes:
  1. diseño a medida
  2. ubicación adecuada
  3. uso de elementos naturales
  4. amplio rango de experiencias de juego
  5. accesible para niños con o sin discapacidad
  6. ajustada a las necesidades de la comunidad a la que va destinada
  7. permite que niños de diferentes edades jueguen juntos
  8. proporciona oportunidades para asumir riesgos y desafíos que permitan al niño medir sus capacidades
  9. sostenibilidad y mantenimiento adecuado
  10. capacidad para cambiar y evolucionar
En As Salgueiras compartimos este excelente decálogo, que podría haber sido escrito por nuestros compañeros de Galopín, y nos gusta especialmente el punto de partida que, según los cuatro autores británicos, puso en marcha su trabajo: "Pídele a un adulto que reviva sus mejores recuerdos de juego. Seguro que fueron  casi siempre experiencias al aire libre, a menudo en entornos naturales, con amigos, experiencias creativas, excitantes, cargadas de valores sociales...Pregúntale al mismo adulto si sus hijos pueden jugar hoy del mismo modo y se hace el silencio. Pero los niños de hoy deberían tener acceso a un conjunto de experiencias de juego tan amplio como el que tuvieron sus padres". Shackell, Butler, Doyle y Ball nos recuerdan la importancia de reflexionar sobre el precio del progreso y de saber diseñar estrategias para conservar aquellos elementos del pasado que debemos preservar y adaptar a los nuevos tiempos.

1 de agosto de 2014

¿JUGAMOS A CONSTRUIR UN ÁRBOL?


Al tiempo que preparamos la maleta para coger unos días de vacaciones, los meses de verano son una buena oportunidad para anotar en la agenda algunas citas interesantes del próximo otoño. Los organizadores de Indiecade 2014, el festival de juegos independientes más importante de EEUU que se celebrará del 9 al 12 de octubre en California, ya están ultimando los preparativos y dando a conocer los juegos seleccionados para participar en esta edición. Entre estos, nos ha gustado especialmente la filosofía de "Grow", un juego de mesa diseñado por Chris Hassebrook, Tap. Pribbenow y Kyle Bromley.  


El juego combina la mecánica de los puzzles y mecanos tradicionales, con un reto de estrategia inspirado en los patrones del crecimiento de la naturaleza: los participantes compiten entre sí para convertirse en el color de floración dominante en un árbol abstracto. Según sus creadores, buscaron un diseño que permitiese combinar elementos de los juegos basados en la adquisición de espacio, en la estrategia para construir rutas y les incorporaron la mecánica de los procesos naturales, todo ello dentro de un soporte tridimensional. "Tratamos de llevar los procesos de la escultura tradicional al entorno de los juegos de tablero, incorporando además la ecología", aseguran en su web. En un alarde de ingenio, las reglas contemplan elementos como la sucesión de las estaciones, las épocas de floración y hasta la aparición de insectos! Además, el tiempo de juego puede ajustarse para que las partidas duren entre 20 y 60 minutos. Como son las decisiones y estrategias de los jugadores los que construyen el árbol/tablero, cada partida produce un resultado diferente, un diseño único que surge de las infinitas posibilidades de combinación de las piezas. 



Desde un punto de vista educativo y psicopedagógico, Grow supone un ejemplo de cómo se pueden combinar de manera armónica elementos aparentemente antitéticos como la competición y la colaboración. Y es que en Grow, para ganar al adversario, hay que participar en el proceso de construir con él. Al margen de la victoria final, el proceso y el resultado son gratificantes en sí mismos. En As Salgueiras, estamos seguros además de que los niños que jueguen a construir árboles tendrán más posibilidades de aficionarse a plantarlos, cuidarlos y valorarlos cuando lleguen a adultos.

24 de julio de 2014

SALTAR, MIRAR O SIMPLEMENTE QUEDAR

Seguro que recordáis que hace unas semanas hablamos de la importancia de emplear la pedagogía como herramienta básica a la hora de diseñar una zona de juegos. Y estos días, una entrada en Playscapes insistía en la misma idea al destacar el trabajo realizado en la zona de juegos del colegio de Slangerup por el estudio de arquitectura danés KATOxVictoria. Situada a una hora de camino de Copenhague, la escuela secundaria de Slangerup (con alumnos de 12 a 16 años de edad), carecía de una zona de juegos adecuada. Los diseñadores se enfrentaban al doble reto de diseñar un espacio atractivo para una franja de edad especialmente compleja, y hacerlo además con un presupuesto limitado. 


En las imágenes se puede ver el acierto de la propuesta. Y, sobre todo, su perfecto conocimiento de los patrones de comportamiento que definen la adolescencia. Para Hiroshi Kato y Victoria Dieter Bennetzen, responsables del estudio, la adolescencia es una etapa en la que a los jóvenes les gusta al mismo tiempo "presumir, mirar o simplemente estar en el mismo entorno que sus semejantes sin hacer nada". Por eso, el espacio que diseñaron concede una importancia especial a los graderíos, asientos y, en general, zonas en las que sentarse, reunirse, quedar. La adolescencia es además una etapa de descubrimiento. De afirmación del propio yo, de establecimiento de un modo de relacionarse con los demás y de definición de una manera de estar en el mundo. Por ello, y junto con zonas de uso tipificado, como canastas de baloncesto o una pista de skate, el proyecto incluye elementos de uso libre, como bloques a distintos niveles, barras horizontales y verticales, zonas con arena para amortiguar saltos o piruetas...


Conocedores del segmento al que se dirigen, los diseñadores de KATOxVictoria parten de fórmulas infantiles como las jaulas de barrotes y saben transformarlas para diseñar elementos nuevos en un espacio austero, que plantea a los adolescentes el reto y la incógnita de un uso no evidente. Como si el área de juego le dijera al joven "demuéstrame qué sabes hacer". La decoración se ajusta también al carácter preadulto de los usuarios. Desaparecen casi por completo los colores vivos y todo se limita al juego de grises entre la piedra, el hormigón y el metal. Las líneas tectónicas y ortogonales se imponen y se omite cualquier referencia a plantas, animales o personajes infantiles.


Los laberintos cerrados (típicos en los locales dedicados a las fiestas de cumpleaños de los más pequeños) crecen, se complican y salen al exterior con un resultado que evoca, en cierto modo, las soluciones del centro cultural Pompidou y otras fórmulas de la arquitectura de vanguardia. Al final, nada le recuerda a los adolescentes al niño que se esfuerzan en dejar atrás; pero todo les propone que sigan jugando, que desarrollen nuevas formas de jugar y de socializarse para poder seguir creciendo de modo saludable.

21 de julio de 2014

¿SUFRE USTED DE NOMOFOBIA?

¿Consulta usted el móvil al menos una vez cada hora?¿Abre aplicaciones 60 veces al día?¿Siente pánico ante la idea de salir de casa sin el teléfono móvil? Si es así, es muy posible que esté padeciendo un caso de nomofobia, el conjunto de ansiedades y adicciones generadas en torno al uso compulsivo de móviles y tabletas que un grupo de psicólogos de la universidad de Génova consideran ya una patología. De hecho, el pasado mes de mayo, solicitaron su inclusión formal en el DSM-V, el manual de diagnóstico de trastornos mentales.

En algunas entradas de este blog hemos recogido excesos relacionados con el uso de teléfonos y otros dispositivos móviles. Desde muy pronto, la DGT advirtió del riesgo que suponía el uso del móvil al volante. En los últimos meses hemos llegado al absurdo de casos en los que personas caían al mar desde un paseo marítimo por caminar enfrascados en la lectura de un e-book o en la consulta de su móvil. Hace unos días, leíamos en La Voz de Galicia el caso de Kevin Holesh, un desarrollador de software que, harto de que el uso constante de móviles deteriorara su vida personal y su relación de pareja, ha diseñado Moment, una aplicación gratuita que mide el tiempo diario de uso de móvil y ayuda a controlar su uso.

"Deja el teléfono y vuelve a tu vida"
A aplicaciones como Moment se han unido otras, como Breakfree, Offtime o Menthal, que, en líneas generales, miden el tiempo y el tipo de uso que se da a los dispositivos móviles y ayudan a planificar el uso de manera más racional. Como señala Kevin Holesh, "no se trata de tirar el móvil e irnos a vivir al bosque, eso sería absurdo, sino de aprender a racionalizar el uso de la tecnología". Holesh redujo de 75 a 40 minutos el tiempo diario de uso de su teléfono móvil, y considera que es importante evitar excusas de tipo laboral ("no tiene sentido estar consultando el correo y las aplicaciones profesionales continuamente cuando ya hemos concluido nuestra jornada laboral") y convertir el móvil en remedio contra el aburrimiento ("yo consultaba el móvil hasta en la cola de la compra de la frutería, había perdido la capacidad de disfrutar mirando sencillamente lo que ocurría a mi alrededor").

Con el número de dispositivos móviles en continuo crecimiento (cerca de 7000 millones según los últimos datos de la Unión Internacional de Comunicaciones), si no creamos una cultura de uso racional, la nomofobia amenaza con convertirse en uno de los males característicos del siglo XXI, que amenaza de manera especial a los más jóvenes. Es posible que, según los informes educativos, los niños españoles tengan problemas a la hora de decidir si resulta más barato comprar los tomates por kilo o por caja, pero seguro que no tienen problema a la hora de hacer una comparativa de las tarifas de móvil más convenientes o las que les permiten descargar los juegos de modo más rápido.

11 de julio de 2014

EL ARTE DE JUGAR

El verano puede ser la ocasión ideal para hacer una escapada a Madrid y visitar en el Museo Reina Sofía la exposición "Playgrounds. Reinventar la plaza", que estará abierta al público hasta el 22 de septiembre. Comisariada por Manuel Borja-Villel, Tamara Díaz y Teresa Velázquez, esta muestra interdisciplinar recurre a la fotografía, la pintura, la escultura y otros soportes para mostrar los aspectos socializadores, transgresores y políticos del espacio público. Desde la tradición milenaria de los carnavales, presentes en diferente forma en multitud de culturas, hasta las últimas tendencias en el diseño de espacios públicos, la exposición invita a reflexionar sobre la importancia de contar con un tiempo y un espacio dedicados al juego, al ocio libre, como contraposición al tiempo reglamentado del trabajo.

La exposición reúne más de 300 obras de artistas como Karel Appel, Vito Acconci, Bernardo Bertoluci o Maruja Mallo, por citar solo algunos, y se articula en torno a dos grandes ejes filosóficos. De una parte, muestra la evolución histórica de la organización de plazas y espacios de juego desde la segunda mitad del siglo XIX, con la generalización de los principios del urbanismo moderno, hasta nuestros días. Con hincapié en aspectos quizá poco conocidos, como el impacto que las dos posguerras mundiales tuvieron en la posibilidad de recuperar para uso público espacios destrozados por las contiendas.

Sad playground. Peter Fischli

Además, la muestra es un repaso por la concepción del espacio de juego como un espacio público, compartido, un bien común que diseñamos y disfrutamos entre todos, a diferencia de lo que ocurre con los distintos ámbitos privados que todos recorremos en nuestro día a día familiar o laboral. La muestra contiene así abundantes ejemplos de áreas de juego diseñadas o reclamadas por movimientos vecinales, una denuncia explícita en contra de los movimientos del urbanismo especulativo y define también el modo en que corrientes como la democracia participativa, la ecología o la defensa de la biodiversidad se han ido incorporando como valores a la hora de diseñar espacios de juego.

En Galopín hemos tenido el orgullo de ver algunas de nuestras creaciones incluidas en exposiciones del Marco de Vigo. Es cierto que el lugar de los juegos está en la calle, al servicio de los más pequeños. Pero elevar un momento el juego a la categoría de arte nos permite recordar la importancia de esta actividad que nos hace verdaderamente humanos, como dijo Johan Huizinga, y nos permite mirar desde un ángulo diferente nuestro trabajo para poder seguir mejorando.